(Todo desde la opinión y la teoría, de mi cabeza nunca saldrán verdades absolutas)
- Por qué no hay una consciencia detrás de los eventos de la historia del universo.
- Por qué no hay un plan.
- Cómo da igual.
(Todo desde la opinión y la teoría, de mi cabeza nunca saldrán verdades absolutas)
No lo sé. Preferiría que me hablasen de todo entre comillas, entre dudas, en fantaseos. Me gustaría que nadie me dijese que me está diciendo verdades. Es un capricho pequeño, porque en realidad no me importa, porque coloco yo las comillas donde no las ponen. Me gusta escucharos. Me encanta visitar brevemente vuestra realidad, en la que las cosas se ven distintas, están torcidas, tienen otros colores y nacen de cosas inconcebibles. Quiero visitar todo en lo que creéis, pero desde fuera, tal vez por inmadurez, quiero que justifiquéis que nada es verdadero.
Siento incomodidad ante el nombre de Dios. Como cuando te hablan de sex*. Siento que deberían decirme que todo eso es un supuesto, una hipótesis, que puede que sí, que puede que no. Y la pasión sería la misma. Ansío que no haya convicción.
Puede que sea inmadura. Puede que la comodidad se restaure por llamarle Matemáticas a Dios, y yo estoy asustada por la religión, por la espiritualidad, lo místico.
Me encantan las brujas, las hadas, los aliens. Me encanta crear historias. Me encanta, en serio. Me encanta que lo vivas con una intensidad que lo abarca todo. Me encanta cómo todos los detalles de la historia pululan en tu cabeza. Pero por qué no podría seguir así de presente, pero en una teoría, en una línea paralela distinta, en un quizás, buscando el máximo sentido posible aquí pero sin colocarlo verdaderamente delante de tus ojos, que no ven verdaderamente nada. Es una pregunta. Me sigue encantando igual.Porque sería una jugada cruel, rara, traicionera, hacerme creer en otra vida para quitármela. No tiene sentido hacerme pensar en ello. No sé si tiene sentido que haya más, pero no tiene sentido pensarlo. Porque sería tan cruel.
Si en algún momento algo me convence, algo se revela, de repente todo es evidente y factible, y con la misma certeza con la que ahora no veo nada veré lo que ven ellos, entonces tendré que acatar. Pero no voy a convencerme de algo que ni siquiera quiero creer.
En uno de los libros de la saga de Millenium se hablaba del asesino de una forma que se me quedó en la cabeza. Disfrutaba cuando sus víctimas, después de haber abusado de ellas, creían que iba a perdonarles la vida y en cómo sus ojos cambiaban cuando se daban cuenta de que no era así. No sé de donde sacó el autor un concepto tan horrible. Así me sentiría si me hiciesen creer en el paraíso para ver en el último momento como, efectivamente, este es el único tiempo que tuve. Quiero vivir sabiendo que esto es todo. Ni siento más carpe diem ni más necesidad de adrenalina constante por ello. Es una tragedia pero es mi verdad y todos encontramos tranquilidad y consuelo en nuestras verdades, y encuentro tranquilidad en esta.
Soy una persona feliz. Aún así, la muerte de alguien no es nada más que triste. No es más.
Si hay otra cosa, si hay algo, genial, pero que me coja desprevenida, ignorante, resignada a una muerte oscura.