// evening

morirse no está tan mal, supongo. no es que desee morirme. no es que pretenda provocar mi muerte. pero me da miedo tenerle miedo a la muerte. viviré mejor si la tengo presente y soy consciente de ella. o no. no sé si viviré mejor pero estoy más tranquile.

me gusta tirarme en el césped del parque, del invernadero, de mi habitación. si llevo gorro constantemente, incluso en verano, es para no mancharme el pelo cuando me tumbo en el suelo debajo de esa cúpula y escucho música y lloro. no por tristeza. al menos no la mayor parte del tiempo. a través de la cúpula se ven los pájaros y las nubes moverse de día y las estrellas de noche y te sientes pegada a lo terrenal de una manera abrumadora. también pienso que, vaya, no importo nada. y eso es increíblemente positivo. no quiero importar, no quiero que supuestamente tenga que hacer algo en mi vida, no quiero sentir el deber de tener que cumplir cosas para vivir completamente, no quiero importar. en absoluto. no quiero importarle a gente, no quiero importar en ningún libro, no quiero importar a nada ni un poco. es demasiada presión. nadie importa. no creo que nadie importe, nada de lo que hacen importa realmente. vivo mucho mejor sabiendo que no tengo que hacer nada más que vivir porque de todas formas nada de lo que haga va a importar.

la cúpula tiene grietas. mi madre me diría que no fuese, porque puede ceder en cualquier momento y caer como una lluvia de lentejueles, o porque hay ratas y me pueden morder. soy consciente de esas cosas. tanto como ella. he pensado en ellas y he visto que me iban a afectar así que he seguido pensando en ellas allí tumbada mientras tenía la cúpula que me iba a matar justo encima de mis ojos abiertos. y no me importa. algún día pasará, con una cúpula atravesándome la piel un centenar de veces o una enfermedad cualquiera que venga con la edad. en cualquiera de esos momentos, haya vivido más o menos o sea más o menos feliz, me va a doler lo mismo. así que qué más da.

si tuviera algo a lo que rezar sería al sentimiento de paz cuando todo a tu alrededor está en calma y tu mente se vacía tanto que te vuelves pura, como si nunca hubieses vivido nada.